Autores: W. Eidem / Cetta / W. O′Leary
Idioma: Castellano
Encuadernación: Tapa dura, 512 págs
ISBN: 978-958-8816-23-4
Nº Edición: 2014
Descripción:
El enfoque por tomografía de anomalías congénitas es la modalidad de imagenología de la década del ochenta y es aplicable para imagenología por ecocardiografía, tomografía computarizada y resonancia magnética. Es el bloque de construcción de la cual fueron desarrolladas las tres técnicas esperadas de imagenología en tercera dimensión de la década del noventa.
La extendida aplicación de esas modalidades de imagenología ha reavivado el interés en la anatomía cardiaca y patología, particularmente en pacientes con enfermedad cardiaca congénita.
Cada cardiólogo clínico ahora tiene las herramientas a mano para hacer un diagnóstico morfológico preliminar, si no detallado. Ya no es necesario derivar al paciente al laboratorio de cateterismo cardíaco o sala quirúrgica con menos de una evaluación casi completa de la anomalía congénita subyacente.
Esta capacidad ha llevado y seguirá contribuyendo a la lógica y la expedita gestión de los pacientes con enfermedad cardiaca congénita.
Estas afirmaciones de la década del ochenta se han convertido en realidad en este siglo. Avances en resolución de imagenología en dos dimensiones con técnicas tales como la imagenología armónica, avances en tecnología Doppler incluyendo, técnicas de Doppler tisular, espectro y color y el advenimiento de ecocardiografía tridimensional han añadido a los ecocardiógrafos clínicos la capacidad de evaluar correctamente la anatomía y la fisiología y el impacto del cuidado clínico de los pacientes con cardiopatía congénita.
Actualmente la gran mayoría de los niños que nacen con enfermedad cardiaca y requieren cirugía dentro de los primeros 6 meses de vida en general va a la cirugía sólo con la evaluación ecocardiográfica de su anatomía y de la fisiología cardiaca. Es raro que en la era clínica actual del cateterismo cardíaco se realice con fines de diagnóstico en niños pequeños. De hecho, el cateterismo cardiaco se ha vuelto más intervencionista y se ha desarrollado como una alternativa a los procedimientos quirúrgicos en lugar de un campo de diagnóstico puro. Los avances en imagenología ecocardiográfica y, en gran medida, de resonancia magnética en las últimas tres décadas han simplificado la evaluación de estos pacientes e hizo de la evaluación no invasiva la piedra angular del diagnóstico.
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Información del autor:
El enfoque por tomografía de anomalías congénitas es la modalidad de imagenología de la década del ochenta y es aplicable para imagenología por ecocardiografía, tomografía computarizada y resonancia magnética. Es el bloque de construcción de la cual fueron desarrolladas las tres técnicas esperadas de imagenología en tercera dimensión de la década del noventa.
La extendida aplicación de esas modalidades de imagenología ha reavivado el interés en la anatomía cardiaca y patología, particularmente en pacientes con enfermedad cardiaca congénita.
Cada cardiólogo clínico ahora tiene las herramientas a mano para hacer un diagnóstico morfológico preliminar, si no detallado. Ya no es necesario derivar al paciente al laboratorio de cateterismo cardíaco o sala quirúrgica con menos de una evaluación casi completa de la anomalía congénita subyacente.
Esta capacidad ha llevado y seguirá contribuyendo a la lógica y la expedita gestión de los pacientes con enfermedad cardiaca congénita.
Estas afirmaciones de la década del ochenta se han convertido en realidad en este siglo. Avances en resolución de imagenología en dos dimensiones con técnicas tales como la imagenología armónica, avances en tecnología Doppler incluyendo, técnicas de Doppler tisular, espectro y color y el advenimiento de ecocardiografía tridimensional han añadido a los ecocardiógrafos clínicos la capacidad de evaluar correctamente la anatomía y la fisiología y el impacto del cuidado clínico de los pacientes con cardiopatía congénita.
Actualmente la gran mayoría de los niños que nacen con enfermedad cardiaca y requieren cirugía dentro de los primeros 6 meses de vida en general va a la cirugía sólo con la evaluación ecocardiográfica de su anatomía y de la fisiología cardiaca. Es raro que en la era clínica actual del cateterismo cardíaco se realice con fines de diagnóstico en niños pequeños. De hecho, el cateterismo cardiaco se ha vuelto más intervencionista y se ha desarrollado como una alternativa a los procedimientos quirúrgicos en lugar de un campo de diagnóstico puro. Los avances en imagenología ecocardiográfica y, en gran medida, de resonancia magnética en las últimas tres décadas han simplificado la evaluación de estos pacientes e hizo de la evaluación no invasiva la piedra angular del diagnóstico.
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